Trapped
«Trapped»

Islandia es una isla de profusa actividad volcánica con apenas 370.000 habitantes. Un paraíso natural que ha sido elegido como locación para los exteriores de decenas de películas y series internacionales. Pero en los últimos años, en especial a partir de las políticas de promoción del sector impulsadas por una ley de 2003 que estipula las ayudas a la producción de ficción en cine, televisión y documentales, dejó de ser destino exclusivo de equipos de rodaje extranjeros para convertirse en el origen de muchos films autorales aclamados en festivales y también de propuestas que han conquistado al público masivo de las plataformas de streaming de todo el mundo.

Un corderito llamado Ada

Cordero
«Cordero»

Dentro de la primera vertiente aparecen, por ejemplo, dos películas que el servicio MUBI lanzó esta semana. “Cordero” (“Lamb”), audaz, provocadora y fascinante ópera prima de Valdimar Jóhannsson que ganó el Premio a la Innovación en la competencia oficial Un Certain Regard del último Festival de Cannes, tiene a Noomi Rapace (la actriz sueca que interpretara a Lisbeth Salander en la saga original basada en las novelas de Stieg Larsson) e Ingvar (Hilmir Snær Guðnason) como una pareja que vive en una granja en medio de la nada, una zona en medio de colinas tan bella como inhóspita (sobre todo en invierno).

Cuando el tiempo mejora, se dedican a los cultivos con el tractor que ellos mismos manejan y a criar ovejas. Hay en el lugar perros, gatos, caballos, corderos, pero viven en la más absoluta soledad. Y, en una decisión que cambiará el curso de sus vidas (y de la película), adoptan un corderito, al que llaman Ada, y lo empiezan a criar como si fuera su hijo.

Hasta aquí lo que podemos develar para no caer en spoilers frustrantes. En la segunda mitad llegará al lugar Pétur (Björn Hlynur Haraldsson), el hermano díscolo de Ingvar, y esa presencia extraña invadirá el aparente idilio y dará una mirada externa al asunto.

El film -concebido por Sjón, el escritor más prestigioso del país como novelista, poeta, guionista y compositor y letrista en varios discos de su compatriota Björk- es bastante austero, ascético e “islandés” (la geografía y la idiosincracia las transforman en un adjetivo) con un uso creativo de los efectos visuales y cierta impronta de cuento de hadas deforme que recuerdan a “Border: Sentí algo hermoso”, de Ali Abbasi, y elementos disruptivos, surrealistas y fantásticos que irrumpen en medio del drama rural y remiten al cine de Robert Eggers y Ari Aster.

Echo
«Echo»

La segunda novedad de MUBI es “Echo” (“Bergmál”), de Rúnar Rúnarsson. La más reciente película del director de “Volcano” y “Gorriones” / “Sparrows” (película ganadora de la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián 2015) propone un retrato de la Islandia moderna en la época de Navidad. Un fresco social donde el encadenamiento de gags subraya las diferencias más habituales entre los habitantes de ese país y que tuvo una muy buena recepción cuando se estrenó en la Competencia Internacional del Festival de Locarno de 2019.

De atajarle un penal a Messi a dirigir policiales

«Cop secret»

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Algunos comparan la moda del cine (del audiovisual) islandés con la que disfrutó en 2018 la selección de fútbol que, en un país con una población tan exigua y sin actividad deportiva al aire libre durante buena parte del año por las bajísimas temperaturas, logró clasificar para el Mundial de Rusia.

Y esas conexiones entre fútbol y cine no son antojadizas. Algunos recordarán que en el empate 1 a 1 con Argentina Hannes Þór Halldórsson le atajó un penal al mismísmo Messi. En aquel momento, claro, arreciaron los perfiles del “arquero cineasta”, aunque por entonces solo había filmado algunos comerciales y documentales de corto aliento.

Pues bien, Halldórsson colgó los guantes, dejó el arco, agarró la cámara y sorprendió al estrenar en agosto último dentro de la Competencia Internacional del muy prestigioso Festival de Locarno (Suiza) “Cop Secret”, un policial en clave de comedia satírica que se toma en sorna los códigos narrativos habituales de este tipo de relatos con un agente con ínfulas de Clint Eastwood que arregla todo a los tiros y un villano con pasado como modelo que parece sacado de “Zoolander”.

El rey Midas en Islandia

Everest
«Everest»

Más allá del muy curioso caso de Halldórsson, no se puede hacer un recorrido por la industria audiovisual islandesa sin poner en el centro de la escena a Baltasar Kormákur, quien luego de llamar la atención con largometrajes en su país como “Invierno caliente” (2000), “Un viaje al cielo” (2005) y “Lo profundo” (2012) incursionó con asiduidad en Hollywood con “Dos armas letales” (2013), combinación entre buddy-movie y neo-noir con Denzel Washington y Mark Wahlberg que incluye desde millonarios robos de bancos hasta la presencia de agentes de la CIA, del FBI, de la DEA, de la inteligencia militar y de los carteles mexicanos de la droga; “Everest” (2015), sobre la historia real de una accidentada expedición a la montaña más alta del mundo con Jason Clarke, Josh Brolin, John Hawkes, Robin Wright, Emily Watson, Keira Knightley, Sam Worthington y Jake Gyllenhaal; y “A la deriva” (2018), relato de supervivencia con Shailene Woodley.

Pero Kormákur no se quedó en la comodidad (o la tentación) de Hollywood y volvió a su país como showrunner, productor y director de varios episodios de dos notables series que pueden verse en Netflix: “Trapped”, thriller protagonizado por Ólafur Darri Ólafsson -algo así como el Ricardo Darín islandés- sobre asesinatos que conmueven a la pequeña comunidad de un paraje remoto en medio de las tormentas invernales; y “Katla”, inquietante historia en un pueblo marcado por las cenizas que provienen de un volcán y por misteriosas apariciones. Son dos notables incursiones en los géneros que nada tienen que envidiarle al tan de moda nordic noir de países con mayor tradición -y mucha más producción- como Dinamarca, Suecia o Noruega.

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Rams La historia de dos hermanos y ocho ovejas
«Rams: La historia de dos hermanos y ocho ovejas”

La fuerza de la naturaleza salvaje y los efectos psicológicos del aislamiento, la desolación y la incomunicación también están presentes en clásicos como “Hijos de la naturaleza”, película de Fridrik Thor Fridriksson que hasta el momento es la única de ese origen que consiguió en 1992 una nominación al Oscar; y en otros valiosos títulos que pasaron por los cines argentinos como “Mujer en guerra” (2018), de Benedikt Erlingsson (el mismo director de “Historias de caballos y de hombres”); “Rams: La historia de dos hermanos y ocho ovejas”, tragicomedia que se centra en la relación entre dos hermanos que ni siquiera se hablan en el marco de un pequeño y remoto pueblo y que le valió al realizador Grímur Hákonarson el premio máximo de la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2015.

También de la cosecha reciente de la cantera islandesa merecen destacarse “Vinterbrødre” / “Winter Brothers”, de Hlynur Pálmason, potente, sórdida y provocativa historia ganadora del premio a Mejor Actor para Elliott Crosset Hoveen en Locarno 2017, también sobre dos hermanos que en este caso trabajan dentro de una mina; “Buenos vecinos”, de Hafsteinn Gunnar Sigurðsson, distinguida en la Mostra de Venecia y representante islandesa al Oscar en 2019, que apuesta al humor áspero para narrar la disputa entre dos familias por la sombra que causan las ramas de un árbol; mientras que también ofrece elementos cómicos “La mujer de la montaña», film de Benedikt Erlingsson sobre la lucha de una granjera contra los intereses económicos de una poderosa mafia que perjudican su modo de vida y el medio ambiente. En esta reedición del mito del David contra Goliat la comedia deja espacio, claro, a la crítica política con muy buenos resultados artísticos.

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